Títulos amateurs: ¿Cuentan o no?
El amateurismo ha sido históricamente una época olvidada de nuestro fútbol. Sin embargo, fue durante estos años cuando David Arellano fundó a Colo-Colo y nuestro club ganó sus cinco primeros títulos. En este artículo, hacemos un breve repaso de las distintas ligas que existieron en Santiago entre 1903 y 1932, y te presentamos una lista con todos los campeones de la Asociación de Football de Santiago y la Liga Metropolitana.
No hasta hace mucho para el grueso de los hinchas el fútbol chileno había comenzado en 1933. Fue ese año cuando, tras casi una década de profesionalismo “marrón” e interminables disputas con la vetusta dirigencia de la Asociación de Football de Santiago, los ocho principales clubes de la capital decidieron abandonar el amateurismo y formar el primer torneo oficial de fútbol rentado en nuestro país. Fue así como nació la Liga Profesional de Football de Santiago, que tuvo a Colo-Colo como uno de sus fundadores y a un renacido Magallanes como su primer campeón. Lo que pasó antes quedó en una suerte de limbo, como un recuerdo poco agradable para una actividad que se esmeró en aparentar un lustre organizativo que hasta el día hoy le resulta esquivo.
La situación de Chile se repitió en buena parte de Sudamérica, donde los torneos aficionados fueron sistemáticamente ignorados y, en el mejor de los casos, recordados como parte de una romántica, pero nada organizada época del fútbol. Esto hasta que poco a poco el trabajo de diversos historiadores y el interés de los propios clubes involucrados permitieron recuperar la memoria. Así, en Argentina y Uruguay, hoy es común hablar de los 33 títulos de Primera División de Boca Juniors -6 de ellos amateur-, recordar el heptacampeonato de Racing entre 1913 y 1919, o agregar la discusión sobre los títulos anteriores a 1932 a la eterna rivalidad entre Peñarol y Nacional de Montevideo. En nuestro país, sin embargo, salvo algunos grandes trabajos, como el realizado por Sebastián Salinas en “Por empuje y Coraje”, el amateurismo permanece casi en el olvido. Incluso, cuando se habla de historia de Colo-Colo, David Arellano tiene un lugar primordial, pero rara vez se hace mención a los cinco títulos que obtuvo el club entre 1925 y 1932, aun cuando el fundador fue parte importante del primero de estos éxitos. Surgen entonces las preguntas para los colocolinos: ¿Es correcto dejar de lado una parte tan trascendental de nuestra historia?, o ¿Debemos comenzar a hablar de 37 estrellas en nuestro palmarés en lugar de las 32 usuales?. En este artículo vamos a intentar dar una respuesta.
Los motivos para desestimar los torneos previos a 1933 son variados y se relacionan tanto con temas deportivos como organizativos, pero suelen ser dos los argumentos más recurrentes. El primero de estos habla de la sobreabundancia de ligas y el desorden de las competencias en la capital, que impedían determinar a un campeón unificado claro. Esta afirmación es, por cierto, verdadera. A la fundación en 1903 de la Asociación de Football de Santiago se sumaron pronto la Asociación Arturo Prat en 1905, la Asociación Obrera en 1906, la Asociación Nacional en 1908, la Liga Santiago en 1912 y, finalmente, en 1917 la Liga Metropolitana. Cada una de estas, con períodos de luces y otros de sombra, contó con varias series y tuvo su propio campeón hasta 1926.
Campeones de las distintas series de la AFS en 1923
La falta de un orden claro se repitió también al interior de las propias ligas. Por ejemplo, a partir de 1920, la ASF se dividió en dos certámenes: la Copa República y la Copa Chile. Si bien tradicionalmente se ha señalado que estas representaban una primera y segunda división, lo cierto es que el asunto fue mucho más complejo. De hecho, los medios de la época se refieren a la Copa República como la competencia de primera categoría para clubes “pesados”, mientras que la Copa Chile la componían los cuadros “livianos” de primera categoría. Por extraño que parezca hoy en día, estas categorías tal parece se referían efectivamente al peso de los players y, aun cuando la Copa República tuvo una mayor importancia a comienzos de la década de 1920, el nivel entre las dos series se emparejó con los años. Sirvan como pruebas que la Unión Deportiva Española era considerada el mejor equipo de la AFS en 1925, pese a pertenecer a la Copa Chile, y que la consagración del Santiago en esta última competencia en 1926 tuvo bastante más cobertura en los medios que la obtención de la Copa República por parte del Brigada Central esa misma temporada.
Fuera de estas consideraciones, lo que realmente mostraba que las competencias eran vistas como similares fue que sus vencedores disputaban cada año la obtención de la tradicional Copa Unión, nombrada a partir del histórico Club Atlético Unión de Juan Ramsay y que desde 1906 definía al campeón de la AFS. Aquí surge el problema de que varios de estos partidos de definición terminaron en empate, lo que significó que el torneo quedara repartido entre ambos finalistas, y que cada año fue más difícil encontrar una fecha en el calendario para programar estos encuentros. Por ejemplo, en 1921 Gimnástico y Brigada Central inscribieron su nombre en la Copa Unión luego de que Magallanes e Internado no estuviesen disponibles a jugar los desempates por las copas República y Chile, mientras que la definición por la Copa Unión de 1923 entre Brigada e Internado se jugó recién en mayo de 1924. Después de eso ya no se encuentran registros de la Copa Unión y los medios destacan como campeones a los ganadores tanto de la Copa República como de la Copa Chile.
El formato de competencia empleado por la AFS para nada fue una excentricidad y se repitió en varias ligas de la capital. En 1924 la Liga Metropolitana tuvo dos series: la Copa Joaquín Prieto Concha, para los equipos livianos y que fue ganada por Audax, y la Copa L.S. Jackson, para los cuadros pesados y que quedó en propiedad del 1 de Mayo. Al término de la temporada, ambos equipos se enfrentaron también por la Copa Ismael Pereira Iñiguez, que desde 1922 definió al campeón de este certamen y que, entre otros, fue ganada por Colo-Colo en 1925.
La unificación del fútbol de Santiago tampoco trajo demasiado orden y los torneos de 1927 y 1928 se jugaron en múltiples grupos. Esto repercutió fuertemente en la calidad de los partidos y disminuyó el interés de los aficionados por la competencia oficial frente a otros encuentros de carácter amistoso, pero con equipos de un nivel más parejo. En 1927 los dirigentes intentaron arreglar el entuerto sobre la marcha y organizaron una serie de honor entre los clubes más potentes de cada grupo, en la que no participó Colo-Colo por privilegiar sus giras por el país y que fue ganada por el Brigada Central. No pasó lo mismo en 1928, por lo que la Liga Central contó ese año con seis campeones diferentes.
Pese a la fuerza de los argumentos expuestos, hay que decir que la creación de asociaciones paralelas durante el amateurismo estuvo lejos de ser un fenómeno propio del fútbol chileno y fue común a la gran mayoría de los países sudamericanos. En Argentina, por ejemplo, la AFA convivió con la Federación Argentina de Football entre 1912 y 1914, y con la Asociación Amateur de Football entre 1919 y 1926. En Uruguay se formó la disidente Federación Uruguaya de Football, encabezada por Peñarol entre 1923 y 1926, e incluso en Brasil hubo asociaciones paralelas, tanto en el Campeonato Carioca como en el Paulista. Asimismo, la relación entre las distintas ligas que pululaban en Santiago fue muchos más civilizada de lo que se cree y la Asociación de Santiago ocupó siempre el lugar de primus inter pares frente al resto de las asociaciones. Prueba de ello es la creación del Consejo Local de Football de Santiago en 1921, el cual intentó coordinar a las asociaciones santiaguinas y que inclusive en 1922 organizó un torneo entre todos los campeones de la capital, el cual fue ganado por Audax Italiano. Este último año, además, este organismo repartió los dineros recaudados durante 1921 en los partidos denominados inter-ligas, que enfrentaban a los clubes o seleccionados de cada competencia y en los que la superioridad de la AFS fue absoluta. Según señala La Nación en su edición del 5 de marzo de 1922, de los $15.437,50 pesos que entregó el Consejo, $6.479 correspondieron a la Asociación Santiago, mientras que las seis ligas restantes solo recibieron $843,60.
La primacía de la AFS duró al menos hasta 1923, cuando la Liga Metropolitana pasó a tener una categoría similar, si es que no superior, gracias al ingreso de Magallanes y Audax Italiano a sus filas. Tal fue su importancia que, al momento de la fusión del fútbol santiaguino en 1927, la nueva Liga Central contó con 23 clubes de la AFS y 23 de la Metropolitana, frente a solo 16 de Liga Santiago y la Liga Nacional Obrera. Fue en la Liga Metropolitana donde además comenzó a competir Colo-Colo y fue allí donde ganó su primer torneo de forma invicta en 1925.
Finalmente, queda un segundo motivo, que es quizás el de mayor peso a la hora de entender el porqué del olvido de la era amateur: desde que se pateó por primera vez un balón en nuestro país y hasta bien entrada la década de 1920, el centro del balompié nacional no estuvo en Santiago, sino en Valparaíso. Fue en la ciudad puerto donde se jugó el primer partido, fue ahí donde se fundó el primer club en 1882, fue ahí donde se organizó la primera competencia oficial en 1895 y fue ahí donde estuvo la sede de la Federación de Fútbol de Chile hasta 1929.
La superioridad de Valparaíso respecto de la capital fue evidente en los famosos intercities que se jugaban cada año entre seleccionados de las dos ciudades y el propio Colo-Colo la sufrió en 1926, cuando Santiago Wanderers le quitó su invicto como local con un contundente 3-1 en los Campos Sports de Ñuñoa. Con esta evidencia ¿Es correcto homologar los títulos de las ligas amateur de Santiago a los actuales torneos nacionales de Primera División, cuando tal vez no fueron los más relevantes de la época?. La centralización del fútbol ha sido un tema de largo debate en Chile y no son pocos quienes cuestionan el rótulo de “Torneo Nacional” a los campeonatos organizados durante las primeras décadas del profesionalismo. No hay que olvidar que, salvo el desastroso experimento de Wanderers en 1937, no fue hasta 1944 cuando los clubes de provincia se integraron a la competencia (Everton y Wanderers) y fue recién en los años 60 cuando el torneo traspasó de forma definitiva los límites de la zona central del país. Algunos han ido todavía más allá y desde Valparaíso se han escuchado propuestas para considerar como título de Primera División los torneos organizados por la Asociación Profesional Porteña entre 1940 y 1943.
La situación de Chile, en este sentido, es casi excepcional. Es cierto que en la mayor parte de los países latinoamericanos los primeros torneos se limitaron a una sola ciudad o cuanto mucho a una región, pero fueron pocos los países donde un torneo provincial fue mucho más importante que el de la ciudad capital. Una de las pocas excepciones es Ecuador, donde el torneo de Guayaquil fue por mucho superior al de Quito, pero con la diferencia de que todavía hoy los clubes del “Astillero” superan en popularidad y éxitos a los de la capital y el resto del país.
Existe, no obstante, un potente argumento para defender la relación entre los torneos amateur de Santiago y los campeonatos profesionales actuales, y es la continuidad ininterrumpida entre la Asociación de Football de Santiago fundada en 1903 y la vigente Asociación Nacional de Fútbol Profesional. Es innegable que los torneos de Valparaíso pudieron ser más competitivos que los de Santiago durante el amateurismo, pero no existe un vínculo real entre esas ligas o entre la Asociación Profesional Porteña con la ANFP. En cambio, fue desde la Asociación de Football de Santiago desde donde surgió la primera competencia profesional del país: la Liga de Football Profesional de Santiago, la cual tras reintegrarse brevemente a la AFS entre 1934 y 1936, se convirtió en la Asociación de Football Profesional de Santiago en 1937, para dar paso a la Asociación Central de Fútbol en 1938 y, finalmente, a la ANFP en 1987.
Colo-Colo ganó 5 títulos entre 1925 y 1932. 1 Liga Metropolitana, 2 Liga Central y 2 AFS
Vistos estos argumentos, queda claro que tomar una definición respecto de la situación histórica del amateurismo en Chile es bastante más difícil que en el resto del continente. La desorganización, patrón común a nuestro fútbol durante toda su historia, pesa sin dudas, pero también la poca relevancia actual de los clubes que brillaron durante este período provoca que tampoco exista demasiado interés en rescatarlo. Al mirar cada uno de los torneos que se jugaron entre 1903 y 1932 salta de inmediato a la vista que el único club hoy vigente que tuvo importancia durante todo el período fue Magallanes, mientras que Audax, Unión Española y el propio Colo-Colo hicieron su aparición recién en la década del 20, cuando el amateurismo ya agonizaba. Del resto poco y nada. Quizás si los “Carabeleros” no hubiesen caído en desgracia a partir de los años 40, si el Gimnástico o el Brigada Central hubiesen competido con éxito en el profesionalismo, o si las universidades hubiesen tenido un papel más relevante en esos años, hoy el amateurismo se miraría con un prisma muy diferente. No por nada durante años River Plate e Independiente de Avellaneda se empeñaron –y aún hoy lo hacen- por desestimar el amateurismo en Argentina. ¿Por qué?, simplemente porque sus resultados fueron pobres en comparación con los grandes éxitos cosechados por sus rivales directos, Boca Juniors y Racing Club.
Aun cuando no pretendemos dar una respuesta definitiva en este artículo, sí creemos que el amateurismo debiese ocupar un lugar de mayor importancia en la historia de nuestro fútbol y, sobre todo, para los colocolinos. No por nada fue entre 1925 y 1932 cuando se constituyó gran parte de lo que hoy es nuestro club, su carácter ganador, su cercanía con las clases populares y todo aquello que lo llevó a ser el equipo de todo Chile. Desconocer el amateurismo es desconocer las hazañas goleadoras del “Chato” Subiabre, el temperamento de “Colo Colo” González o la mítica gira de 1927. En definitiva, es desconocer a Arellano y lo que convierte a Colo-Colo en Colo-Colo.
Campeones de Santiago 1903-1932
Temporada | Liga | Campeón |
---|---|---|
1903 | AFS | Atlético Unión |
1904 | AFS | Atlético Unión |
1905 | AFS | Atlético Unión |
1906 | AFS | No finalizóa |
1907 | AFS | Loma Blanca |
1908 | AFS | Magallanesb |
1909 | AFS | Gimnásticoc |
1910 | AFS | Gimnástico |
1911 | AFS | Eleuterio Ramírez |
1912 | AFS | Gimnástico |
1913 | AFS | Magallanesd |
1914 | AFS | Arco Iris |
1915 | AFS | Instituto Nacional |
1916 | AFS | Magallanes |
1917 | AFS | Cinco de Abril |
LMD | Green Cross | |
1918 | AFS | Eleuterio Ramíreze |
LMD | Green Cross | |
1919 | AFS | Gimnástico, Liverpool y Arco Iris (Copa Unión)f |
LMD | Carioca | |
1920 | AFS | Magallanes e Ibérico Balompié (Copa Unión)g |
LMD | Carioca | |
1921 | AFS | Gimnástico y Brigada Central (Copa Unión)h |
LMD | Carioca | |
1922 | AFS | Brigada Central y Audax Italiano (Copa Unión)i |
LMD | Gold Cross | |
1923 | AFS | Internado (Copa Unión)j |
LMD | 1° de Mayo | |
1924 | AFS | Jorge V (Copa República)k |
AFS | Unión Deportiva Española (Copa Chile)k | |
LMD | Audax Italiano | |
1925 | AFS | Brigada Central (Copa República)l |
AFS | Unión Deportiva Española (Copa Chile)l | |
LMD | Colo-Colo | |
1926 | AFS | Brigada Central (Copa República)m |
AFS | Santiago (Copa Chile)m | |
LMD | Magallanes | |
1927 | LCF | Brigada Central |
1928n | LCF A | Unión Deportiva Española |
LCF B | Brigada Central | |
LCF C | Santiago | |
LCF D | Teniente Godoy | |
LCF E | Magallanes | |
LCF F | Colo-Colo | |
1929 | LCF | Colo-Colo |
1930 | AFS | Colo-Colo |
1931 | AFS | Audax Italiano |
1932 | AFS | Colo-Colo y Audax Italianoñ |
Notas Incluye Asociación de Football de Santiago (AFS 1903-1926 y 1930-1932), Liga Metropolitana de Deportes (LMD 1917-1925) y Liga Central de Football (LCF 1927-1929). Desde 1918 la AFS se dividió en una "serie pesada" (Copa Unión A y Copa República) y una "serie liviana" (Copa Unión B y Copa Chile). Los ganadores de aca serie definían al campeón de la Copa Unión. aSuspendido por el terremoto de Valparaíso. Al momento de la suspensión Thunder FC era líder del torneo. bMagallanes y Santiago National definieron la Copa Unión a partido único. Los jugadores de SN se retiraron de la cancha cuando el partido estaba 1:1 por disconformidad con los fallos arbitrales. cGimnástico venció 2:0 a National Star en definición por la Copa Unión. dMagallanes venció 3:0 a Wellington Star en definición por la Copa Unión. eEleuterio Ramírez fue campeón de la Copa Unión A. fLa Copa Unión finalizó en triple empate. gMagallanes fue campeón de la Copa República e Ibérico de la Copa Chile. En definición de la Copa Unión empataron 2:2. hGimnástico y Magallanes empataron en el primer lugar de la Copa República e Internado y Brigada Central en la Copa Chile. Gimnástico y Brigada Central fueron declarados ganadores de la Copa Unión porque Magallanes e Internado informaron que sus jugadores no estaban disponibles para la definición. iBrigada Central fue campeón de la Copa República y Audax Italiano de la Copa Chile. En definición de la Copa Unión empataron 0:0. jBrigada Central fue campeón de la Copa República e Internado de la Copa Chile. En definición de la Copa Unión Internado ganó 1:0. kJorge V fue campeón de la Copa República y Unión Deportiva Española de la Copa Chile. No hay registro de la Copa Unión. lBrigada Central fue campeón de la Copa República y Unión Deportiva Española de la Copa Chile. No hay registro de la Copa Unión. mBrigada Central fue campeón de la Copa República y Santiago de la Copa Chile. No hay registro de la Copa Unión. nLuego de la fusión de las ligas de Santiago en 1926, el torneo se dividió en diferentes series en 1927 y 1928. En 1927 se jugó una Serie de Honor, pero no en 1928. ñColo-Colo y Audax Italiano jugaron la última fecha del torneo de 1932 empatados en el primer lugar. Cuando Colo-Colo ganaba 2:1 el partido fue suspendido por el derrumbe de una tribuna del Estado Italiano. No fue reprogramado.